Lo que debemos saber sobre la microbiota portadora de LPS y cómo reducir sus efectos negativos

microbiota portadora de LPS

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Lo que debemos saber sobre la microbiota portadora de LPS y cómo reducir sus efectos negativos

La microbiota portadora de LPS forma parte de los grupos funcionales naturalmente presentes en el intestino. Los lipopolisacáridos (LPS) constituyen un parte de la estructura capsular normal de varias bacterias Gram negativas. En caso de disbiosis, es decir, de desequilibrio entre los grupos de bacterias naturalmente presentes en el intestino, se puede observar un aumento de permeabilidad intestinal. En este contexto, las bacterias portadoras de LPS atraviesan el epitelio intestinal hacia la sangre y se comportan como endotoxinas, generando inflamación silente responsable de alteraciones en el organismo.

Microbiota portadora de LPS: naturalmente mediadora del sistema inmunitario

Conocemos la importancia de nuestra microbiota en el desarrollo y el constante entrenamiento de nuestro sistema inmunitario desde el nacimiento.

Este grupo de bacterias, en una persona sana, participa en la simbiosis de la microbiota intestinal y en la inhibición del sistema inmunitario frente a las propias bacterias del hospedador. Una intensa investigación está todavía en marcha en este campo para elucidar los mecanismos de tolerancia con la inhibición de la respuesta del sistema inmunitario. Sin embargo, estudios recientes destacan la presencia de estas bacterias como una característica de una persona sana con una microbiota variada y equilibrada: los LPS presentes en las bacterias Gram negativas inhiben los receptores de respuesta inflamatoria y hacen que tenga un papel clave como mediadora en el entrenamiento del sistema inmunitario y la respuesta fisiológica del organismo.

Cuando los LPS producen inflamación: disbiosis, permeabilidad y aumento de microbiota portadora de LPS en sangre

Cuando el equilibrio de la microbiota se ve afectado, puede haber un aumento de ciertos grupos bacterianos que se vuelven potencialmente patógenos y pueden perjudicar el organismo. Es el caso de la microbiota portadora de LPS: si varios estudios demuestran que es clave para estimular el sistema inmunitario e inducir una respuesta de tolerancia frente a las propias bacterias del hospedador, una cantidad excesiva puede producir inflamación y ser toxica.

El aumento de los LPS se asocia a una alteración del epitelio intestinal y un aumento de la permeabilidad intestinal que favorece un aumento del flujo de toxinas (los LPS) del intestino hacia la sangre con translocación de las bacterias portadoras. Este proceso provoca una inflamación silente llamada endotoxemia metabólica.

La translocación de una elevada cantidad de bacterias portadoras de LPS puede incluso conducir a un shock séptico.

LPS y alteraciones metabólicas

En una disbiosis con aumento de LPS, solemos observar una inflamación a nivel local y una inflamación a nivel sistémico. Es común que esta alteración conduzca a una insulinoresistencia, un aumento de peso o bien alteraciones metabólicas varias.

– En un estudio en ratones unos investigadores demostraron que un aumento de grasas saturadas en la dieta produce una disbiosis intestinal con un aumento de microbiota portadora de LPS, provocando una mayor liberación de factores de la inflamación y en consecuencia, una insulinoresistencia

– En otra investigación, se comparó el efecto de una inyección directa de LPS en ratones con un simple cambio en la dieta, con un predominio de grasas saturadas: se comprobó que el aumento de peso inducido por la inyección directa de LPS en ratones era parecido al aumento de peso inducido por la dieta eleva en grasas saturadas. Es más, el tipo de dieta indujo un incremento de bacterias portadora de LPS en la sangre.

– LPS en enfermedades del hígado graso no alcohólico: son enfermedades como la esteatosis, esteatohepatitis no alcohólica, fibrosis y cirrosis en las que el aumento de microbiota portadora de LPS en un contexto disbiótico produce un incremento del flujo de la endotoxina del intestino hacia la sangre. Los LPS, transportados a través de la circulación portal por lipoproteínas llegan al hígado donde provocan una reacción inflamatoria y/o el aumento de triglicéridos en el hígado. Estas enfermedades suelen estar relacionadas con la diabetes mellitus tipo 2 y/u la obesidad, con una mayor intolerancia a la glucosa y un aumento de tejido adiposo. En estos estudios se destaca la importancia de la presencia de receptores específicos a los que se deben ligar los LPS para producir tales efectos.

Un cambio en la dieta modula la microbiota y puede disminuir la cantidad de microbiota portadora de LPS

La disbiosis es una alteración de la composición de la microbiota a la vez que una disminución de su diversidad por uno o varias factores: tipo de nacimiento, tipo de dieta, toma de antibióticos/fármacos, consecuencia de una infección, estrés crónico, etc.

Además de observar trastornos metabólicos debido a este desequilibrio, se ha estudiado la relación entre la microbiota portadora de LPS, las enfermedades cardiovasculares (actividad proinflamatoria de los LPS relacionada con disfunciones endoteliales) y la dieta.

Los alimentos tienen la capacidad de modular la composición de la microbiota y su actividad metabólica: en un estudio observacional con 5000 individuos, los investigadores formularon la hipótesis que la dieta podía controlar la endotoxemia producida por los LPS en sangre. Como resultado se observó que una dieta sana en su conjunto, rica en frutas y verduras, fibras, con un aporte adecuado de polifenoles y equilibrada en minerales (destacaron la importancia del calcio) tenía los siguientes efectos:

 – mejora del equilibrio de la microbiota intestinal

– mejora del estado de la mucosa

– disminución de la actividad de la microbiota LPS

– aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta, entre los cuales destacamos el butirato con un papel clave en la mejora del estado de la permeabilidad intestinal.

Aunque este estudio tiene varias limitaciones, presenta unas hipótesis prometedoras que se podrían probar en intervenciones nutricionales para disminuir los procesos inflamatorios silentes crónicos.

El ejercicio disminuye la actividad proinflamatorio de los LPS

La inflamación crónica y el dolor son síntomas comunes en las enfermedades reumatoides que pueden afectar las articulaciones a largo plazo. En un estudio publicado en la European League Against Rheumatism, los investigadores demostraron que un ejercicio regular moderado podía disminuir la liberación de marcadores de la inflamación provocada por los LPS. Realizaron este estudio inyectando LPS a ratones, provocando una respuesta inflamatoria local y a nivel linfático inmediata. Este efecto se bloqueó con el ejercicio físico. Destacaron la necesidad de la práctica de un ejercicio regular para obtener resultados clínicos significativos. Son estudios prometedores gracias a los cuales intuimos que en caso de disbiosis con una microbiota portadora de LPS elevada, la practica regular de un ejercicio moderado adaptado podría disminuir su actividad proinflamatoria.

Quédate con el mensaje:

La microbiota portadora de LPS como parte de la microbiota comensal tiene efectos positivos si se mantiene en cantidad adecuada: controla y estimula el sistema inmunitario. Una disbiosis intestinal puede generar un aumento de la microbiota portadora de LPS creando una inflamación local o bien silente a través de la sangre y puede estar asociada a un aumento de peso, diversas alteraciones cardio metabólicas y provocar una progresión de ciertas patologías.

Conocer el estado de la microbiota podría orientar para poner en práctica intervenciones nutricionales y terapéuticas recomendadas por profesionales de la salud con el objetivo de modular el equilibrio de la microbiota y disminuir el efecto de la inflamación producido por ciertas bacterias