Ayuno intermitente y microbiota

Marta Moreno nos habla sobre cómo afecta la práctica del ayuno intermitente al estado de la microbiota y de la salud.

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Ayuno intermitente y microbiota

Un poco de historia

El ayuno intermitente, es una tendencia en alimentación que se han popularizado mucho en los últimos años como herramienta para perder
peso. El ayuno intermitente tiene su origen en las prácticas religiosas o espirituales incluyendo el Islam, el Cristianismo, el Judaísmo, el Budismo.
Han surgido diversas variantes en función de las horas de duración del ayuno.

Tipos de ayuno intermitente

  • Ayuno completo en días alternos
  • Regímenes de ayuno modificado
  • Alimentación con tiempo limitado
  • Ayuno religioso (como el Ramadán)

¿Cómo afecta a la microbiota?

Muchas funciones del sistema gastrointestinal  dependen del tiempo, ya que nuestro “reloj corporal” trabaja en sincronía con los órganos y la microbiota intestinal.

Estudios en ratones han mostrado que la microbiota es muy variable y el ayuno intermitente puede influir tanto en la composición como en la función de nuestra microbiota.

En el grupo de ayuno, se vió que las funciones de la microbiota intestinal estaban alteradas induciendo el paso de tejido adiposo blanco a marrón. A su vez, los productos de fermentación (Ácidos grasos de cadena corta) como el lactato y el acetato aumentaron durante el ayuno. Todo esto contribuyó a mejorar los parámetros de obesidad, resistencia a la insulina y esteatosis hepática.

En otro estudio, se agruparon ratones en función de las horas de ayuno, se apreciaron cambios significativos en la composición de la microbiota entre los que llevaban a cabo el ayuno y aquellos que no ayunaban (control), pero también aparecieron cambios entre los subgrupos de ayuno (en función de la duración, en horas, del ayuno, se separaron en tres grupos).

Al acabar el ayuno, los cambios más significativos se encontraron en el grupo de ayuno de 16h, aunque estos cambios podrían deberse a la forma de alimentarse tras el cese del ayuno.

Se encontraron múltiples diferencias taxonómicas entre el grupo de ayuno de 16h y el grupo control. A nivel de género, el de mayor abundancia fue Akkermansia.

Estos efectos desaparecieron un mes después del cese del ayuno.

Esto nos sugiere que el tiempo de ayuno influye en la modulación de la microbiota intestinal y por tanto es un factor importante a tener en cuenta.

¿Entonces, es bueno o malo?

Con los estudios que existen hoy en día, es complicado decir si es bueno o malo. Hay que tener en cuenta que la microbiota juega un papel muy importante en la homeostasis corporal y es un ecosistema muy sensible a variaciones del medio.

Un cambio brusco en la alimentación, si no es adaptada y personalizada, puede provocar una disbiosis cronificada, relacionada con la aparición de sintomatología u patologías diversas. Sin embargo, se ha visto que los efectos del ayuno intermitente son mayoritariamente positivos en ratones y pueden modular la microbiota mejorando sus funciones.

Aun así se necesita más investigación en este campo para poder posicionarnos en cuanto a los efectos sobre la microbiota a largo plazo.  Es una decisión que deberá ajustarse a las preferencias personales, al perfil clínico y al estilo de vida de cada persona. La microbiota tiene funciones esenciales a nivel del organismo ya que interviene en los procesos digestivos, metabólicos, en la inmunidad, en la comunicación con el cerebro, etc, con lo cual es imprescindible, si se van a realizar cambios en la alimentación, hacerlo bajo la recomendación y seguimiento de un profesional de la salud.

Autora: Marta Moreno – Estudiante en nutrición y dietética