El eje intestino-corazón: una conexión clave en la salud cardiometabólica
Durante años, el corazón y el intestino se consideraron órganos independientes. Sin embargo, la evidencia científica actual ha revelado una conexión mucho más profunda: el llamado eje intestino-corazón.
Este vínculo biológico explica cómo el estado de la microbiota intestinal  puede modular procesos que influyen directamente en la salud cardiovascular, el metabolismo de la glucosa y los niveles de colesterol.
Cuando la microbiota se encuentra en desequilibrio (disbiosis), pueden generarse metabolitos y mediadores inflamatorios que afectan la función endotelial, el metabolismo lipídico y la sensibilidad a la insulina, tres pilares en la prevención de enfermedades como la arteriosclerosis, la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico.
Eje intestino-corazón. ¿Está la microbiota relacionada con el riesgo cardiovascular?
Determinadas bacterias intestinales son capaces de metabolizar compuestos de la dieta como la colina o la carnitina, presentes en carnes rojas y productos procesados.
El resultado de este metabolismo es la trimetilamina (TMA), que el hígado transforma en óxido de trimetilamina (TMAO). Este compuesto se ha relacionado con mayor rigidez arterial, inflamación endotelial y acumulación de placas de ateroma.
Un exceso de bacterias productoras de TMA y niveles elevados de TMAO se asocian a un incremento del riesgo de eventos cardiovasculares como la enfermedad coronaria o el ictus.
Intestino, insulina y diabetes. La microbiota puede ser la conexión
El equilibrio bacteriano también influye en la regulación de la glucosa y la sensibilidad a la insulina.
Algunas especies intestinales, como Prevotella copri, pueden favorecer la producción de metabolitos que alteran la respuesta metabólica a los azúcares, contribuyendo al desarrollo de resistencia a la insulina y al aumento de marcadores inflamatorios sistémicos.
Además, un exceso de propionato y acetato, ácidos grasos de cadena corta que en condiciones normales son beneficiosos, puede relacionarse con desequilibrios energéticos y disfunción metabólica.
Colesterol y metabolismo lipídico
La microbiota intestinal también participa en la modulación del colesterol. Un ecosistema intestinal equilibrado puede favorecer la eliminación del colesterol a través de la bilis y reducir su absorción intestinal.
Por el contrario, una microbiota disbiótica puede producir compuestos proinflamatorios como el LPS (lipopolisacárido), que contribuye a la inflamación de bajo grado y al desequilibrio del metabolismo de los lípidos.
Estos mecanismos, en conjunto, impactan directamente en la salud cardiovascular y metabólica.
CardioHeparMetabolic: la prueba que analiza la microbiota del eje intestino-corazón
Con el objetivo de entender mejor esta interacción entre microbiota y salud cardiometabólica, en Instituto de Microecología realizamos la prueba CardioHeparMetabolic.
Este análisis evalúa los principales grupos funcionales de la microbiota intestinal y metabolitos específicos implicados en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hepáticas y metabólicas.
Entre los parámetros más relevantes para la salud del corazón y el metabolismo se incluyen:
- Bacterias productoras de TMA, asociadas al riesgo cardiovascular.
 - Prevotella copri, relacionada con resistencia a la insulina y alteraciones glucémicas.
 - Metabolitos como propionato y acetato, implicados en la regulación energética y metabólica.
 - Microbiota portadora de LPS y niveles de butirato, marcadores del equilibrio inflamatorio intestinal.
 
CardioHeparMetabolic permite comprender cómo la microbiota intestinal puede favorecer o dificultar la salud cardiometabólica, ayudando a detectar alteraciones tempranas y a diseñar intervenciones nutricionales y terapéuticas personalizadas.
Una mirada al intestino puede ofrecer, hoy más que nunca, una ventana hacia la salud del corazón y el metabolismo.
													

