Hipersensibilidad al tomate: estas 2 recetas te van a sorprender
Cuando existe un aumento de la permeabilidad e inflamación del epitelio intestinal, hay una alteración de la inmunotolerancia que es causa del aumento de la sensibilidad a ciertos alimentos. Es muy común que se recomiende retirar durante un tiempo las solanáceas y entre ellas, el tomate. Si te gusta la salsa de tomate y el gazpacho, puedes optar por una alternativa saludable sin tomate. Aunque parezca increíble, estas dos recetas te sorprenderán.
Salsa de falso tomate
Ingredientes:
- 4 zanahorias medianas
- 1 cebolla grande
- Agua
- Sal
- 1 remolacha (2 si son pequeñas)
- Aceite de oliva
- Vinagre de manzana o unas gotas de zumo de limón
- Jugo concentrado de manzana ecológico o un poco de panela
Preparación:
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- Pela y pon a cocer la remolacha hasta que esté tierna.
- Cuece la remolacha, pela la cebolla y corta a dados pequeños.
- Pocha y sazona.
- Pela la zanahoria y corta a rodajas finas o en dados pequeños, añádela y rehoga 5 minutos más.
- Agrega agua hasta cubrir un dedo o dedo y medio por encima.
- Cuece, a fuego suave y con tapa, hasta que esté tierna y haya perdido parte del líquido.
- Tritura y añade remolacha cocida hasta conseguir el color de tomate. Agrégala poco a poco para no darle demasiado color rojo-morado.
- Añade un poco de agua para darle la textura de salsa de tomate. Añádela poco a poco.
- Rectifica de sal y añade jugo concentrado de manzana y unas gotas de vinagre de manzana para darle el toque ácido característico del tomate.
Para encontrar el sabor perfecto de salsa de tomate tienes que ser sutil y no pasarte con los aliños. Prueba y anota las variaciones a la receta hasta conseguir tu mejor versión. Puedes congelar la salsa en tarros de cristal de distintos tamaños para hacer otras recetas como: pisto, judías verdes con jamón, salsa para pizza, gazpacho, etc.
Gazpacho de falso tomate
Preparación:
- Mezcla la salsa de falso tomate con el resto de ingredientes. Añade agua hasta imitar la textura del gazpacho. Añade la cebolla y ajo de golpe poco a poco, hasta que encuentres la medida.
- Rectifica de sal, aceite y vinagre.
- Enfría.
- Sirve con guarnición al gusto:
- Picatostes de pan de trigo sarraceno.
- Pepino picado.
- Germinados de brócoli.
- Pipas de calabaza tostadas.
Es importante tener en cuenta que:
- La zanahoria es uno de los alimentos más ricos en pectina (considerada la fibra más fermentable) y potencia una gran diversidad microbiana. Nos interesa cocinarla por dos motivos:
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- La pectina se encuentra en la pared celular de la zanahoria junto con otras microfibras no fermentables. Para que la microbiota intestinal pueda, aprovecharla hay que cocinarla un poco.
- Tiene gran contenido en beta-carotenos (precursor de la vitamina A, necesaria para mantener la integridad de la piel y las mucosas), pero para poder aprovecharlos y aumentar su absorción hay que cocinarlos. Y si además lo acompañamos de una grasa, como el aceite de oliva, facilitamos su asimilación.
- Ajo y cebolla: sus compuestos azufrados, tales como la alicina, se forman a partir de la alíina cuando se tritura o machaca (por la acción de la enzima alinasa). Las propiedades de estos compuestos se mantienen tras el cocinado siempre que se haya machacado o triturado y dejado así durante 10 minutos para que se transforme en aliína.
- El vinagre de manzana pasteurizado contiene todas las enzimas intactas formadas en el proceso de fermentación.Propiedades:
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- Ayuda a generar más acidez en el estómago.
- Por su contenido en ácido málico posee propiedades antifúngicas y antibacterianas.
Te animo a que elabores estas recetas en casa. Si quieres contarme el resultado escríbeme a info@aidaforner.com o en mi perfil de Instagram: @aidafornerdietista. ¡Buen provecho!