Síndrome de Intestino Irritable: Una alteración del eje intestino-cerebro

La compleja danza entre el intestino y el cerebro ha fascinado a la comunidad científica durante décadas, revelando conexiones que trascienden la digestión. El síndrome de intestino irritable, es una afección que afecta a una porción significativa de la población mundial, no solo es un reflejo de esta relación bidireccional sino también una ventana a la comprensión del eje intestino-cerebro . A través de la medición de marcadores analíticos en heces como el GABA, la serotonina, el triptófano y la histamina, podemos entender mejor cómo las alteraciones en este eje pueden influir en el SII.
intestino irritable cerebro

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La compleja danza entre el intestino y el cerebro ha fascinado a la comunidad científica durante décadas, revelando conexiones que trascienden la digestión. El síndrome de intestino irritable (SII), una afección que afecta a una porción significativa de la población mundial, no solo es un reflejo de esta relación bidireccional sino también una ventana a la comprensión del eje intestino-cerebro . A través de la medición de marcadores analíticos en heces como el GABA, la serotonina, el triptófano y la histamina, podemos entender mejor cómo las alteraciones en este eje pueden influir en el SII.

 

Entendiendo el Síndrome de Intestino Irritable

El síndrome de intestino irritable (SII) es una alteración de la homeostasis del eje intestino-cerebro que afecta entre el 4% y el 10% de la población global y que se manifiesta con dolor abdominal recurrente y alteraciones en la forma y frecuencia de las deposiciones.

Se ha demostrado que los síntomas del Síndrome de Intestino Irritable son el resultado de una compleja interacción entre varios factores:

  • Disbiosis intestinal
  • Inmunidad de mucosas alterada
  • Señalización intestinal alterada
  • Alteración en la modulación de la señalización y la motilidad intestinal.

El Eje Intestino-Cerebro: Fundamento Científico y Relevancia Clínica

El eje intestino-cerebro (GBA) se considera la vía de comunicación o conexión entre el cerebro y el sistema gastrointestinal, que incluye el sistema nervioso entérico y el microbioma que habita en el intestino.

La evidencia científica actual sugiere que el eje intestino-cerebro funciona a través de una combinación de mecanismos neurales de acción rápida y mediados por el sistema inmunológico de acción retardada de manera bidireccional con retroalimentación desde y hacia ambos sistemas.

La perturbación de este eje es multifactorial e incluye:

  • hipersensibilidad visceral
  • Grado de degeneración
  • Alteraciones de la motilidad intestinal.
  • Alteraciones del sistema nervioso central
  • Alteraciones de la composición de la microbiota (disbiosis) y de la producción de sus metabolitos (neurotansmisores y neuropéptidos)

Estudios recientes han demostrado que las alteraciones de la microbiota intestinal pueden causar alteraciones significativas en los niveles de serotonina , además del triptófano y otros neurotransmisores.

El eje intestino-cerebro ha demostrado tener impacto directo sobre la salud mental en patologías como la anorexia nerviosa, trastorno de ansiedad generalizada y trastorno depresivo mayor. En ellas se observan alteraciones en la microbiota como una reducción de la presencia de ciertas bacterias.

 

Marcadores Analíticos en Heces – Una Ventana al Eje Intestino-Cerebro:

En la comunicación a lo largo del eje intestino-cerebro participan distintas sustancias que tienen un gran impacto en nuestra salud:

  • Neurotransmisores: GABA y serotonina
  • Aminoácidos: Triptófano
  • Amina biógena: Histamina

 

  1. GABA (Ácido Gamma-Aminobutírico):

    Una gran parte del GABA es producida por las bacterias de nuestro intestino, especialmente Bifidobacterias y Lactobacilos. Dentro de la pared intestinal, el GABA actúa sobre el sistema nervioso entérico para ejercer un efecto calmante y relajante sobre la musculatura lisa intestinal.

Una disminución de sus niveles en heces puede contribuir a problemas como insomnio, alteraciones del ritmo circadiano, ansiedad y fobias.

 

  1. serotonina

    La serotonina es producida principalmente por las células enterocromafinas, del revestimiento mucoso del intestino.

Numerosos estudios han demostrado que la serotonina está estrechamente relacionada con el síndrome del intestino irritable, ya que afecta directamente a la motilidad intestinal. Los pacientes con este síndrome a menudo presentan niveles alterados de este neurotransmisor en el intestino.

 

  1. Triptófano

El triptófano es un aminoácido esencial que juega un papel importante en la comunicación a lo largo del eje intestino-cerebro. Se utiliza para la síntesis de serotonina, contribuye a la regeneración de la mucosa intestinal y sus metabolitos actúan como analgésicos y antiinflamatorios.

 

  1. Histamina:

La histamina es una amina biógena importante para funciones fisiológicas esenciales. La intolerancia a la histamina puede deberse a una baja actividad de la Diaminooxidasa (DAO), consumo de alimentos ricos en histamina o un exceso de Microorganismos productores de histamina en el intestino.

Los síntomas comunes del aumento de histamina son: problemas cutáneos, digestivos y respiratorios.

 

La profundización en el conocimiento del eje intestino-cerebro y su relación con el Síndrome de Intestino Irritable abre puertas hacia terapias más personalizadas y efectivas.

Los marcadores analíticos en heces no solo proporcionan una herramienta de diagnóstico valiosa sino que también nos permiten ajustar los tratamientos a las necesidades bioquímicas individuales de los pacientes, marcando un hito en la medicina personalizada y funcional.

Analizando el Eje Intestino Cerebro en el Síndrome de Intestino Irritable

Para analizar si tu eje intestino cerebro funciona adecuadamente solo tienes que enviarnos una muestra de heces, que determinará tus niveles de GABA, Serotonina, Triptófano e Histamina. Posteriormente podrás hablar con nuestro servicio de asesoramiento que te explicará las implicaciones para tu salud y cómo dar un paso más en tu camino hacia una salud integral.

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