En los últimos años la incidencia de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) ha aumentado. ¿Sabes qué es y cómo puedes reconocerlo?
¿Qué es el SIBO?
La microbiota intestinal se distribuye por todo nuestro tracto digestivo. Sin embargo, se calcula que el 95% de nuestras bacterias habitan en el colon. En el intestino delgado, de forma natural, la densidad de microorganismos es menor que en el intestino grueso, debido a la mayor velocidad de tránsito, a los ácidos biliares y a la barrera gástrica que limita el paso de microorganismos desde la boca. Cuando el número de bacterias en el intestino delgado es excesivo se genera el SIBO.
Se estima que el 35% de la población general puede padecer sobrecrecimiento bacteriano.
¿Cuáles son los síntomas del SIBO?
Aunque los síntomas del SIBO pueden ser muy diversos, en función del tipo de paciente, los más comunes son:
- Gases, hinchazón o distensión abdominal. Se produce como resultado a la formación de gases y ácidos por parte de las bacterias tras la fermentación digestiva. Es muy habitual que empeoren tras las comidas.
- Alteraciones en el tránsito intestinal. En la mayoría de los casos está presente la diarrea con malabsorción de grasas (esteatorrea) que origina unas heces blanquecinas y malolientes. También puede provocar estreñimiento.
- Malas digestiones. Debido a la hinchazón puede presentar pesadez, náuseas, acidez, reflujo o incluso gastritis.
- Déficit nutricional. Debido a la malabsorción de nutrientes puede estar presente la pérdida de hierro y vitaminas como la B12, D, A y E.
- Reacciones alimentarias. Un exceso de bacterias genera gases y toxinas que irritan las células (enterocitos). Como consecuencias pueden deteriorarse y perder su capacidad de absorción. Por tanto, pueden producirse ciertas intolerancias alimentarias como la intolerancia al gluten, fructosa, caseína, lactosa, sorbitol o histamina.
- Permeabilidad intestinal. El deterioro de enterocitos, ya comentado, puede ocasionar el paso de sustancias proinflamatorias a circulación. Esto provoca la activación del sistema inmune pudiendo ocasionar síntomas extradigestivos como alteraciones hormonales, problemas cutáneos, fatiga crónica, etc.
Causas de la aparición de SIBO
Según los últimos estudios, la aparición de esta sintomatología suele venir de la mano de una serie de causas que predisponen a sufrir esta disbiosis.
- Alteraciones anatómicas y estructurales del aparato digestivo. Pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal o diverticulosis.
- Trastornos funcionales y de motilidad gástrica. Los movimientos de peristaltismo, en condiciones normales, permiten mantener un equilibrio bacteriano. Cuando se altera se ralentiza o se deposita en otro lugar provocando SIBO.
- Trastornos del sistema inmune. Por ejemplo, celiaquía, parasitosis o alteraciones en la acidez gástrica.
- Alteraciones hepáticas. Insuficiencia pancreática exocrina debido a la variación en la cantidad y composición de la bilis como de las enzimas digestivas.
Diagnóstico del SIBO
Actualmente la prueba que más suele utilizarse para diagnosticar el SIBO es el test de aliento: lactulosa. En esta prueba se mide cual es la concentración de hidrógeno y metano en el aire espirado, tras haberle administrado por vía oral una cantidad estándar de lactulosa.
Cuando encontramos un sobrecrecimiento bacteriano, se produce un aumento de los gases espirados, que incrementará su valor desde que se toma el líquido hasta el minuto 90-100. El lacitol se caracteriza por ser una sustancia que no se absorbe en el intestino delgado. Por tanto, toda la cantidad ingerida debe llegar al colon, donde la microbiota va a metabolizarlo generando hidrógeno y metano.
Para realizar esta prueba, se deben seguir unas pautas establecidas por el profesional sanitario unos días antes de someterse a la misma.
Tratamiento de SIBO
Se han descrito varias herramientas para manejar la patología del SIBO:
- Los antibióticos: Cada vez el uso de este tratamiento está más en controversia. Se ha visto que el uso de herbáceos naturales es igual de eficaz que el uso de antibióticos. Además, el uso de herbáceos naturales va a permitir que respete más el estado natural.
- La alimentación: Realizar una dieta FODMAP puede ser beneficioso para estos pacientes ya que reduce la actividad de las bacterias y puede mejorar los síntomas en estos pacientes. Debemos de recordar que este tipo de dieta solo se puede realizar en un corto periodo de tiempo.
- Probióticos: Al finalizar el tratamiento, se deben utilizar cepas específicas que actúen a nivel del área de colonización puede ayudar a reducir la sintomatología.
Es importante tener en cuenta que no solo se trata de matar bacterias, sino que haya un buen abordaje clínico, tanto en la identificación de las causas, revisar si hay cualquier otro tipo de disbiosis, trabajar en un reequilibrio y adecuar la dieta.
Relación de SIBO y disbiosis intestinal
El SIBO se caracteriza por ser un tipo de disbiosis en la cual se produce un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.
Este SIBO se diferencia de las otras disbiosis que pueden existir por su localización, ya que, en esta zona del intestino delgado, apenas hay microorganismos ya que es una zona para la absorción y digestión de nutrientes.
Se ha observado que la densidad de bacterias que se encuentran en este sobrecrecimiento bacteriano procede principalmente de la orofaringe y del colón, pero esto sucede a diferentes niveles en el SIBO en comparación con la localización habitual de estas bacterias.
Es muy probable que el origen del SIBO pueda provenir de una disbiosis. Si se produce un sobrecrecimiento bacteriano en nuestro intestino, puede ocurrir que estas bacterias viajen hasta el intestino delgado, provocando así un sobrecrecimiento bacteriano y como consecuencia se produzca lo que conocemos como SIBO con su pertinente sintomatología.
¿Por qué tus síntomas de SIBO no mejoran?
Si has identificado el por qué tratas el SIBO y no mejoras, seguramente es que estés cometiendo alguno de los errores frecuentes:
- Tienes un resultado erróneo: Muchas veces en las analíticas surgen errores debido, a que solo se ha hecho el análisis a un gas, a una mala preparación de la prueba o incluso una mala interpretación de las curvas. Además, se conoce la existencia de un ‘’tercer tipo de SIBO’’, aunque no se puede ver todavía en el test. Se ha relacionado una analítica en la cual la curva de los niveles de metano y de hidrogeno salen planas, pero hay sintomatología durante la prueba, aunque a veces esto no es tan directo, por lo que deberemos de revisar bien cuales son los síntomas que presenta el paciente.
- No hay un cambio en tu estilo de vida y/o presentas déficits nutricionales: Debe ser básico tener un correcto estilo de vida, el cual se base en una alimentación más antiinflamatoria, así como practicar ejercicio regularmente. En el caso de necesitar ayuda, acudir a un Dietista-Nutricionista
- Estrés aumentado: Muchas veces las preocupaciones hacen que nuestro cuerpo crea que está en peligro y no da importancia a la digestión ni la reparación, desequilibrando así la autorregulación del eje HPA y como consecuencia acaba siendo un círculo vicioso.
- Has repetido la prueba demasiado tarde: Debes repetir las pruebas antes de 10 días al acabar una ronda de tratamiento. Sólo debemos de esperar para la primera prueba el primer mes sin la toma de antibióticos y probióticos, pero no para las siguientes. No esperes mucho a volvértela a realizar porque el SIBO puede volver.
- Tienes biofilms: Las bacterias intentan protegerse como pueden. Un biofilm es un conglomerado de una o varias especies, que se unen para adherirse a la superficie y protegerse.
- Presentas candidiasis: Su sintomatología suele ser muy similares a las de SIBO. Suelen crecer cuando tomamos antibióticos de amplio espectro. Provoca la muerte de todo tipo de bacterias, quedando lugar sitios libres para que puedan situarse los hongos. Siempre que tomes antibióticos utiliza probióticos para evitar esto (recomienda que sea un profesional que conozca su caso quien se los mande)
- No hagas una dieta restrictiva durante mucho tiempo, ya que no va a ser lo suficientemente variada y como consecuencia dará lugar a que nuestras bacterias beneficiosas no tengan la suficiente comida para ejercer bien sus funciones.
- No has tratado el problema de raíz: En muchas ocasiones, esa traslocación bacteriana se produce a consecuencia de un desequilibrio en nuestra microbiota intestinal. Al final el uso de antibióticos está siendo cada vez más discutido ya que las tasas de recurrencia y el empeoramiento de los síntomas son comunes en la mayoría de los pacientes. Realizar una prueba de microbiota intestinal nos permitirá conocer qué sucede a nivel de microbiota y por tanto orientar mejor la estrategia terapéutica.
Tratar el SIBO es complejo, por lo que siempre debe de ser tratado por un profesional de salud que te ayude y facilite en todas las herramientas. Si tienes dudas sobre el SIBO y las analíticas de microbiota intestinal puedes contactar con nuestro equipo de nutricionistas de forma totalmente gratuita.