Rendimiento deportivo e inflamación en el organismo
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El rendimiento deportivo está estrechamente relacionado con la inflamación orgánica. ¿Qué papel juegan los alimentos y la sensibilidad alimentaria en la inflamación?
Cuando las proteínas de los alimentos pasan a través de la barrera intestinal sin estar completamente digeridas, el sistema inmunitario las detecta como proteínas extrañas y produce anticuerpos IgG específicos contra ellas. Esto puede provocar reacciones inflamatorias, locales o sistémicas, que pueden afectar la salud y el rendimiento deportivo.
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El intestino de muchos atletas sufren regularmente un fenómeno llamado “isquemia”, cuando la sangre es movilizada hacia los músculos durante el ejercicio. Al encontrarse la sangre concentrada en los músculos, las células intestinales no reciben suficiente oxígeno. Este proceso altera la barrera intestinal y aumenta la posibilidad de desarrollar una sensibilidad alimentaria.
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Rendimiento deportivo y sensibilidad alimentaria
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Las reacciones alérgicas relacionadas con la IgG tardan de varias horas a varios días en manifestarse. Esto las hace difíciles de identificar sin realizar pruebas. De hecho, es muy difícil asociar la aparición de los síntomas con un alimento en particular.
Cuando la barrera intestinal está alterada, los alimentos que se consumen con frecuencia, pueden crear una inflamación crónica por sobreestimulación del sistema inmunitario.
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Síntomas de la sensibilidad alimentaria en el rendimiento deportivo
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La inflamación orgánica provocada por la sensibilidad alimentaria puede dar síntomas muy variados:
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Un acceso limitado al oxígeno debido a la agregación de glóbulos rojos, lo que aumenta la duración de la fase anaeróbica (sin oxígeno).
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Una menor disponibilidad de glucógeno en las células musculares: los mediadores de la inflamación bloquean los receptores de insulina, lo que dificulta la producción de energía del músculo.
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Aumento de la formación de productos finales de glicación avanzada: provocan un aumento de la rigidez de los tendones y de las fibras musculares, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
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Rendimiento deportivo y sensibilidad alimentaria: Lo que nos dicen los estudios
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En un estudio doble ciego de 45 días con nadadores de alto rendimiento, se pudo demostrar que una dieta guiada por una prueba de sensibilidad alimentaria ImuPro con un manejo dietético personalizado podría tener los siguientes efectos:
-Aumento de la VO2 max en un 10% de media (¡y hasta un 44% en un caso!)
-Reducción del nivel de ácido láctico en un 50%.
-Reducción de los niveles de grasa corporal en un 4,5% (hasta un 24% en un caso)
-Reducción del peso corporal en un 2,5% (6,3% en un caso)
-Aumento de la tasa de recuperación, caracterizada por una reducción de la frecuencia cardíaca de un 16% de promedio
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Una vuelta a la alimentación rutinaria de los atletas (incluyendo alimentos desencadenantes de la sensibilidad alimentaria) resultó en un retorno al valor inicial de cada uno de los marcadores de los atletas.
Esto nos permite destacar el interés de una prueba de sensibilidad alimentaria mediada por IgG con el objetivo de disminuir y controlar a largo plazo la inflamación gracias a un manejo dietético en distintas fases: evicción de los alimentos desencadenantes, rotación de los demás alimentos y reintroducción de los alimentos positivos.
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Otro estudio estadounidense realizado sobre estudiantes destaca un aumento de sus capacidades cognitivas tras evitar los alimentos con niveles elevados de IgG durante un período de tiempo suficientemente largo.
¿Quieres mejorar tu oxigenación, tu velocidad de recuperación y tu composición corporal para alcanzar tus objetivos?
Realízate un test de sensibilidad alimentaria ImuPro
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