Las infecciones del tracto urinario, comúnmente llamadas cistitis son un problema urogenital muy común en población femenina. Cuando hablamos de 3 episodios en un año o 2 episodios de cistitis en 6 meses, hablamos de cistitis de repetición.
Estas recidivas parecen mostrar relación con el sistema gastrointestinal, así que vale la pena preguntarte qué le está pasando a tu microbiota.
Cistitis de repetición, un problema muy común
Las infecciones del tracto urinario se están convirtiendo en uno de los problemas más prevalentes de salud, especialmente entre las mujeres ya que experimentan 8 veces más infecciones urinarias que los hombres y aproximadamente el 70% de ellas presenta cistitis de repetición.
Estas infecciones de repetición se caracterizan por presentar al menos 3 episodios en un año o 2 episodios en 6 meses.
La mayoría de infecciones son causadas por Escherichia coli, aunque también pueden ser causadas por otras como Klebsiella spp. Proteus spp, Staphylococcus saprophyticus o Enterococcus faecalis.
Se cree que el intestino puede actuar como reservorio de uropatógenos, los cuales pueden colonizar la vejiga y causar infección gracias a la comunicación bidireccional del eje intestino-vejiga.
Cistitis de repetición, ¿Qué le está pasando a tu microbiota intestinal?
Un estudio quiso mostrar la conexión entre intestino y vejiga, para ello comparó mujeres con cistitis de repetición con controles sanos, evaluando la microbiota intestinal, la permeabilidad y los síntomas gastrointestinales.
El estudio mostró que las mujeres con cistitis de repetición tenían más sintomatología digestiva que aquellas que no presentaban estas infecciones. Entre los síntomas que se evaluaron se encuentran:
- Dispepsia.
- Diarrea.
- Estreñimiento.
- Dolor abdominal.
- Gases e hinchazón.
Las mujeres con cistitis de repetición también mostraron una mayor prevalencia de SIBO así como valores más altos de permeabilidad intestinal.
La posible explicación patogénica puede estar en una microbiota intestinal disbiótica con aumento de uropatógenos, que contribuya a la desregulación de los enterocitos, una reducción en la expresión de uniones estrechas, aumento de la permeabilidad intestinal y posterior colonización del sistema urogenital.
Esta hipótesis mostró una asociación entre problemas gastrointestinal y cistitis de repetición, por lo que modular la microbiota intestinal y mejorar la integridad de barrera pueden ser estrategias terapéuticas para prevenir estas infecciones de repetición.
Microbiota vaginal, ¿También está implicada en las cistitis de repetición?
El microbioma vaginal también parece estar implicado en la patogenia de estas infecciones. La vagina está dominada por Lactobacillus como L. crispatus, L. jensenii, L. gasseri y L. iners, produciendo ácido láctico que contribuye a mantener un pH ácido y prevenir la colonización de patógenos.
La vaginosis bacteriana cursa con una pérdida de Lactobacillus que parece ser un importante factor de riesgo para el desarrollo de estas cistitis, ya que la pérdida de Lactobacillus vaginales facilita el crecimiento de bacterias como E. coli, E. faecalis o Staphylococcus saprophyticus que pueden colonizar el sistema urinario.
Las fluctuaciones hormonales también tienen un importante papel en los cambios de composición microbianos. Por ejemplo, los estrógenos promueven el desarrollo de Lactobacillus en la vagina y vejiga aumentando su papel defensivo frente a patógenos, por eso mujeres menopáusicas al tener una disminución de estrógenos que conlleva una pérdida de Lactobacillus son más propensas a desarrollar cistitis.
¿Cómo podemos abordar las cistitis de repetición?
Una de las medidas más extendidas es el uso profiláctico de antibióticos, bien de manera continua o con tomas post coitales, pero esta medida tiene efectos negativos sobre nuestra microbiota intestinal. Actualmente, la evidencia muestra otras alternativas para disminuir los episodios de cistitis:
- Una buena higiene íntima, siempre limpiando de adelante a atrás. Orinar después de tener relaciones sexuales también reduce el riesgo de infecciones.
- Beber suficiente agua y no aguantar las ganas de orinar.
- Una alimentación antiinflamatoria con un alto consumo de frutas, verduras, legumbres y ácidos grasos mono y poliinsaturados y un bajo consumo de alimentos ultraprocesados, azúcares y harinas refinadas.
- Entre los suplementos que presentan evidencia aparecen los probióticos, concretamente cepas de Lactobacillus como L. rhamnosus o L.salivarus, D-manosa y arándano rojo.
- Prestar atención a la microbiota intestinal y vaginal e incluir su modulación dentro del abordaje de las cistitis de repetición.