Estudios de microbiota
¿Qué es la microbiota?
El cuerpo humano está habitado por millones de diminutos organismos vivos que, en conjunto, se denominan microbiota humana. Son un conjunto de microbios (bacterias, hongos, levaduras, virus, arqueas, etc) que se encuentran en todos los orificios y mucosas de nuestro cuerpo: en la piel, la nariz, la boca, la vagina, etc, y, sobre todo, en el intestino, donde encontramos la mayor parte.
La microbiota humana participa en la salud: en la protección frente a patógenos, en el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmunitario, en la digestión, en el equilibrio del metabolismo, en la regulación del estado de ánimo, etc. A lo largo de la vida pueden producirse algunos cambios en la microbiota, dependiendo de nuestra alimentación, el entorno en el que vivimos, las personas y los animales que interactúan con nosotros o los medicamentos que tomamos. Una microbiota sana nos mantiene sanos, pero si se altera, puede estar implicada en el desarrollo o progresión de síntomas crónicos o enfermedades.
La microbiota intestinal, centro del equilibrio microbiano, repercute en el equilibrio de todas las microbiotas del organismo. Sin embargo, dependiendo del órgano afectado, evaluar otras microbiotas puede aportar más precisión para el manejo clínico.
Microbiota intestinal
La microbiota intestinal es la más diversa y que contiene el mayor número de bacterias, hongos, virus, arqueas del cuerpo. Pesa unos 200g y supone el 40% del peso de las heces.
El intestino no es sólo un órgano digestivo, es también el órgano inmunológico más grande del cuerpo. Hasta el 80% de las células inmunitarias se localizan a nivel del intestino. A través del sistema inmunológico, nuestra microbiota intestinal comunica con el resto del organismo, y, en condiciones normales, participa en su equilibrio.
Una disbiosis intestinal es una alteración de la composición y actividad de la microbiota. Está relacionada con diversos problemas de salud. Las alteraciones de la microbiota o de su actividad, pueden contribuir a la aparición o progresión de enfermedades o síntomas.
Microbiota vaginal
Como en el resto del organismo, en una vagina sana existe un equilibrio en la microbiota, entre los microorganismos beneficiosos (saludables) y los potencialmente patógenos. En condiciones normales, un nivel óptimo de bacterias buenas (Lactobacillus o Bacilos de Döderlein) resulta determinante para el mantenimiento de una microbiota vaginal saludable. Cuando este equilibrio natural se altera, los microorganismos patógenos se desarrollan y pueden producir una infección, llamada vaginosis.
La vaginosis puede ser aguda o crónica y suele ocurrir por sobrecrecimiento de bacterias, Cándida o Trichomonas, los patógenos más habituales.
Determinar la cantidad de bacterias beneficiosas protectoras (Lactobacillus) y la presencia de patógenos comunes en las vaginosis, permite personalizar el manejo clínico de las alteraciones de la microbiota vaginal.
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